- Cada vez es más habitual compartir en la red fotos y vídeos familiares de menores de edad, una práctica no está exenta de riesgos, lo que requiere recapacitar antes de publicar este tipo de contenidos.
- El sharenting puede tener asociadas consecuencias negativas y por ello se debe realizar de manera responsable, valorando los pros y contras potenciales en cada momento
Compartir la paternidad o sharenting (la unión entre los términos share y parenting) es algo humano y comprensible. No hace mucho tiempo era habitual sacar de la cartera las fotos de los hijos/as para hacer gala de la belleza y el orgullo de la familia. Con las redes sociales muchas personas han encontrado en estas plataformas el lugar idóneo para publicar fotos y vídeos de diferentes momentos de la vida de los menores, acompañados de comentarios (entre los que se puede encontrar el nombre o la edad…), contribuyendo a alimentar su huella digital sin contar con que sus hijos puede que no estén de acuerdo el día de mañana.
Un estudio de la Universidad de Michigan revela que más del 50% de los padres suben fotografías de sus hijos que podrían resultarles vergonzosas. Otro estudio elaborado en el Reino Unido pone de manifiesto que los padres habrían publicado en redes sociales un promedio de 13.000 vídeos o fotos de su hijo o hija antes de que cumpliera los 13 años, mientras que un informe de AVG alerta de que la imagen de 8 de cada 10 bebés está en Internet antes de que estos cumplan 6 meses.
El sharenting creció de forma exponencial durante el confinamiento y su práctica es habitual con la llegada de las vacaciones, por lo que es importante reflexionar antes de publicar este tipo de contenidos en la red. Para ello, conviene recordar la campaña ’10 razones para el sharenting responsable’, lanzada por PantallasAmigas con la colaboración de la Agencia Española de Protección de Datos, que aborda las cuestiones que los padres deben tomar en cuenta antes de subir imágenes a la Red y cuyo contenido se encuentra en https://www.pantallasamigas.net/sharenting/ y en la web de menores de la AEPD (https://www.tudecideseninternet.es/aepd/).
Diez razones para el sharenting responsable
- Tienes la obligación de cuidar su imagen e intimidad, no el derecho de hacer uso arbitrario de ellas. Las personas menores de edad tienen derechos que deben ser protegidos de forma especial.
- Tu hijo o hija no gana nada con la publicación de las imágenes. Aunque puede que tampoco le afecte negativamente, el saldo rara vez será positivo.
- Puede haber distintos criterios sobre qué y cómo se comparten las imágenes de los menores por parte de sus progenitores. Cuando los progenitores no forman pareja, el sharenting puede ser motivo de conflicto.
- Es posible que no seas consciente de cómo se están difundiendo esas imágenes. No siempre es fácil entender y gestionar la lógica y los cambios de gestión de privacidad de las redes sociales.
- Existen otras formas más seguras para compartir imágenes. Es necesario limitar con quién compartir la información y elegir la plataforma adecuada.
- Habitualmente se comparte más información que la que se aprecia a simple vista. Una imagen inocente puede contener detalles de contexto importantes e incluso geolocalización.
- Al compartir las imágenes con otras personas, estas pueden asumir que eso significa que las pueden publicar y que las imágenes no son tan privadas. Sin mala intención, de forma directa o indirecta, pueden expandir el alcance e incluso hacerlas públicas.
- Lo que publicas escapa de tu control para siempre. Cuando algo aparece en una pantalla, es susceptible de ser capturado y reutilizado.
- Compartir imágenes de otras personas sin su consentimiento puede ser una infracción de la normativa de protección de datos. No es un buen ejemplo para nadie, menos aún para los menores de edad.
- En ocasiones extremas puede comprometerse la seguridad de miembros de la familia. En casos de victimización de menores de edad se dan amenazas sobre terceros que pueden llegar a cumplirse.