Una joven ha publicado en Twitter la conversación con sus compañeras de piso en la que estas le piden que se vaya a casa de sus padres (población de riesgo) para no contagiarlas.
En los últimos días, Internet y las redes sociales giran en torno a un nombre propio: Elena Cañizares Aparicio. Todo después de que esta joven estudiante de enfermería publicase en Twitter un extenso hilo donde mostraba las conversaciones de WhatsApp en las que sus compañeras de piso, la instaban a salir de la vivienda tras haber dado positivo en coronavirus. Una acción con la que podría haber revelado datos sensibles de sus compañeras. En este sentido, ¿ha vulnerado la joven enfermera la Ley de Protección de Datos?
Se trata de una polémica algo exagerada porque no se considera que se haya vulnerado ninguna ley de protección de datos ni que se haya hecho público ningún dato lo suficientemente inequívoco como para identificar a las famosas ‘Rocío Piso’ o ‘Ángela Compañera’, ni siquiera al publicar los audios. La identidad de éstas solo la conocerán su familia o quien las conozca.
‘Elena Cañizares’ ha sido tendencia en twitter pues los tuiteros se han volcado con ella. La historia terminaba con una de las compañeras de piso ‘amenazando’ con denunciar a Elena por haber vulnerado la protección de datos al publicar todas las conversaciones por WhatsApp. Y aquí estamos ante lo más importante de esta historia ¿Ha cometido Elena Cañizares algún delito?
La clave es que se trata de un asunto de “interés público” porque el derecho a la información no solo es para los periodistas, sino también para los ciudadanos”. Por eso, en el momento en el que Cañizares publicó las conversaciones en sus redes sociales, hizo algo similar a lo que hacen otros usuarios cada vez que comparten conversaciones de Whatsapp con ofertas de empleo denigrantes o en las que directamente se exige a las candidatas sexo a cambio del trabajo.
Esto es una denuncia social de un hecho moralmente reprobable, como cuando se publican vídeos de maltratos en las residencias de ancianos. El gran problema es que el miedo a difundir datos de manera fraudulenta muchas veces frena a la hora de denunciar hechos como éste.
Fuente: La Información